Algunas pautas para la adoración eucarística

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Es un signo muy esperanzador de la nueva “primavera de santidad” para la Iglesia que, en cada vez más lugares, los fieles participen en la adoración regular del Santísimo Sacramento. Muy temprano en su pontificado, San Juan Pablo II estableció capillas de adoración en las principales basílicas patriarcales de Roma, dándose cuenta de que la sagrada Eucaristía es la fuente y cumbre de la vida en la Iglesia. Cuando hay fe, devoción y reverencia por la Eucaristía, los fieles crecen en la caridad y la santidad, y la comunidad es bendecida con una variedad de vocaciones que sirven a la Iglesia ya todas las almas con alegría y sencillez. La Eucaristía es fuente de vida para la Iglesia.

La adoración del Santísimo Sacramento ha sido una costumbre piadosa en la Iglesia desde tiempos inmemoriales, y también ha sido la regla la costumbre de tener al menos dos personas presentes en todo momento. Los Ritos para la Sagrada Comunión y Adoración de la Sagrada Eucaristía Fuera de la Misa, publicados por la Congregación para el Culto Divino en 1973, mencionan la norma de dos personas (ver No. 90). Asimismo, una guía útil de la Diócesis de Lansing, Michigan, establece:

“La adoración perpetua ocurre cuando los feligreses, las órdenes y comunidades religiosas y otras personas interesadas organizan sus visitas a la Iglesia de manera organizada. Típicamente, dos o más personas, por turnos, pasan una hora, en oración y silencio, ante el Santísimo Sacramento reservado en el sagrario. Las horas del día o de la noche están tan divididas que la adoración se considera perpetua o prolongada durante un período de tiempo.

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“La adoración perpetua es digna de ser promovida. En las parroquias y oratorios donde ocurra, se deben tomar medidas para asegurar que haya dos o más fieles presentes y que haya un ambiente seguro para los adoradores”.

¿Por qué se requiere la presencia de dos personas? ¡La seguridad! En caso de que le suceda algo a uno de los adoradores (se duerme, se desmaya, tiene una emergencia médica, etc.) el otro puede pedir ayuda y al mismo tiempo asegurarse de que el Santísimo Sacramento expuesto en la custodia no quede desatendido. ¿Por qué no dejar desatendido al Santísimo Sacramento en la custodia? Primero, por cortesía, y segundo por seguridad, porque —mientras está en la custodia— la Eucaristía es vulnerable.

Puede suceder, por mucho que lo intentes, que a veces solo haya una persona en la capilla de Adoración. Cuando eso sucede, esa persona no puede irse hasta que llegue otra persona, o si eso no es posible, esa persona debe reposar cuidadosamente el Santísimo Sacramento en el tabernáculo o asegurar la seguridad de la Eucaristía de alguna otra manera. Finalmente, aquellas buenas almas que tienen el encargo de administrar el programa de Adoración en su parroquia deben continuar promoviendo la Adoración para que haya al menos dos personas presentes en todo momento. Esto puede ser difícil, pero vale la pena el esfuerzo.

Rev. Francis Hoffman, JCD, Director Ejecutivo de Relevant Radio. Síguelo en su página de Facebook “Father Rocky”.