Hace años aprendí una oración de “comunión espiritual” que san Josemaría Escrivá aprendió de niño del confesor de su madre. Dice así: “Quiero, Señor mío, recibiros con la pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos”. Millones alrededor del mundo ahora rezan esa oración.
Una comunión espiritual es un devocional personal que cualquier persona puede rezar en cualquier momento para expresar su deseo de recibir la sagrada Comunión en ese momento, pero en cuyas circunstancias le impiden recibir la sagrada Comunión. Las circunstancias que lo impiden pueden ser una variedad de cosas: la persona ya podría estar “agotada” porque ya recibió la Sagrada Comunión dos veces ese día; o la persona podría estar en prisión y no poder asistir a Misa; o la persona puede ser anciana y estar en casa viendo Misa en la televisión o escuchándola en la radio; o la persona puede estar escalando una montaña y quiere estar más profundamente unida a Jesucristo en ese momento.
No existe tal cosa como una comunión espiritual “oficial”. Todos pueden inventar la suya propia o usar una oración compuesta por otra persona.
Cuando rezas una comunión espiritual, tu alma recibe gracia en la medida en que tienes verdadera hambre de la sagrada Eucaristía.
Rev. Francis Hoffman, JCD, Director Ejecutivo de Relevant Radio.
