¿Qué le dijo el ángel a las mujeres?

Según el relato en el Evangelio de Mateo, un ángel se apareció a las mujeres que fueron al sepulcro de Jesús al amanecer del tercer día después de su crucifixión. El ángel les dijo: «No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor.» (Mateo 28:5-6).

Las mujeres se sorprendieron y temblaron de miedo, pero el ángel les pidió que no tuvieran miedo. Luego les dio la noticia más importante de la historia cristiana: Jesús había resucitado de entre los muertos, tal como había prometido. El ángel les dijo que fueran y contaran a los discípulos lo que habían visto y oído.

La noticia de la resurrección de Jesús es fundamental para la fe cristiana, y el mensaje del ángel a las mujeres es un recordatorio de que Dios cumple sus promesas y que la muerte no tiene la última palabra.

¿Qué dijo el ángel a las mujeres?

El ángel es una figura importante en la religión católica, y hay varios pasajes en la Biblia que mencionan a un ángel que se aparece a las mujeres. Uno de estos pasajes es el que se encuentra en el Evangelio de Mateo, capítulo 28, versículo 5-7:

Pero el ángel dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho.

En este pasaje, un ángel se aparece a las mujeres que habían ido al sepulcro de Jesús, buscando su cuerpo. El ángel les dice que no teman, porque sabe que están buscando a Jesús. Luego les anuncia la noticia más importante de la religión cristiana: que Jesús ha resucitado de entre los muertos.

El ángel les invita a ver el lugar donde fue puesto el Señor, para que puedan comprobar que no está allí. Después les da instrucciones para ir a contar a los discípulos que Jesús ha resucitado, y que les espera en Galilea.

Este pasaje es muy importante en la religión católica, ya que la resurrección de Jesús es uno de los pilares fundamentales de la fe cristiana. La figura del ángel que anuncia esta noticia a las mujeres es muy significativa, ya que los ángeles son considerados mensajeros de Dios y su aparición es un signo divino.

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¿Cuáles fueron las palabras que le dijo el ángel a María?

Según el Evangelio de Lucas, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una joven llamada María, quien estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José. El ángel se apareció ante ella y le dijo:

«¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo.»

Al principio, María se sorprendió y se preguntó qué quería decir el ángel con esas palabras. Pero el ángel continuó hablando:

«No tengas miedo, María, porque has encontrado gracia delante de Dios. Vas a concebir y dar a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su padre David, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre. Su reino no tendrá fin.»

María se quedó perpleja ante estas palabras, ya que ella era virgen y no entendía cómo podría tener un hijo. Pero el ángel le explicó que el Espíritu Santo vendría sobre ella y que su hijo sería el Hijo de Dios.

En resumen, las palabras que el ángel Gabriel le dijo a María fueron:

  • «¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo.»
  • «No tengas miedo, María, porque has encontrado gracia delante de Dios.»
  • «Vas a concebir y dar a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su padre David, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre. Su reino no tendrá fin.»

¿Qué le dijo el ángel a María cuando la visito?

Según el relato bíblico, el ángel Gabriel visitó a María, quien era una joven virgen, para anunciarle que concebiría un hijo por obra del Espíritu Santo.

El pasaje bíblico correspondiente se encuentra en el Evangelio de Lucas, capítulo 1, versículos 26 al 38. El ángel se dirige a María con estas palabras:

«¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!»

Estas palabras sorprendieron a María, pero el ángel le explicó que ella había sido elegida por Dios para ser la madre de su hijo, al que debía poner el nombre de Jesús. El ángel continuó diciendo:

«Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su padre David, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre; su reino no tendrá fin.»

María, aunque inicialmente sorprendida, aceptó la voluntad de Dios y respondió al ángel:

«He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra.»

Con estas palabras, María aceptó su papel como la madre de Jesús, el Salvador del mundo.

¿Qué le dice Jesús resucitado a María?

La respuesta se encuentra en el Evangelio de Juan, específicamente en el capítulo 20, versículos 11 al 18.

Contexto

María Magdalena era una seguidora cercana de Jesús, quien había sido crucificado y sepultado. En el versículo 1 del mismo capítulo se menciona que ella fue al sepulcro temprano en la mañana del primer día de la semana (domingo), pero encontró que la piedra que cerraba la entrada había sido removida. Por lo tanto, corrió a avisar a los discípulos Pedro y Juan que el cuerpo de Jesús había sido llevado.

Encuentro con Jesús resucitado

Después de que Pedro y Juan comprobaran que el cuerpo de Jesús ya no estaba en el sepulcro, volvieron a casa. Sin embargo, María se quedó llorando afuera del sepulcro. Fue en ese momento que se le apareció Jesús resucitado, aunque ella no lo reconoció al principio. Jesús le preguntó: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» (Juan 20:15).

María, pensando que era el encargado del jardín, le respondió que se habían llevado el cuerpo de su Señor y no sabía dónde lo habían puesto. Fue entonces cuando Jesús la llamó por su nombre, «María», y ella lo reconoció.

Mensaje de Jesús

En el siguiente versículo, Jesús le dice a María: «No me detengas, porque aún no he subido al Padre. Pero ve a mis hermanos y diles: «Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios»» (Juan 20:17).

Este mensaje es significativo en varios aspectos. En primer lugar, Jesús le indica a María que no se detenga junto a él, porque él aún no ha ascendido al cielo. En segundo lugar, le da una tarea importante a María: ir a decirles a los discípulos que él se reunirá con ellos pronto. En tercer lugar, Jesús se refiere a los discípulos como «mis hermanos», lo que sugiere que la relación con ellos es cercana y familiar. Finalmente, Jesús habla de Dios como «mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios», lo que indica que los discípulos y María tienen una relación especial con Dios como su Padre y su Dios.

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Conclusión

Le pregunta por qué llora y a quién busca. Después de que ella lo reconoce, le da un mensaje para los discípulos y se refiere a ellos como sus hermanos. Este encuentro es significativo por la importancia de la resurrección de Jesús y la relación cercana y familiar entre él y sus seguidores.

En conclusión, las palabras del ángel a las mujeres en el sepulcro de Jesús son un mensaje de esperanza y alegría para todos los cristianos. Nos recuerdan que la muerte no es el final y que Jesús ha resucitado, cumpliendo así las promesas de Dios. Además, nos invitan a ser testigos de este gran acontecimiento y a compartir la buena noticia con los demás. Por lo tanto, recordemos siempre las palabras del ángel: «No temáis. Sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí, ha resucitado».

El ángel les dijo a las mujeres que Jesús había resucitado de entre los muertos, y les dio instrucciones para que avisaran a los discípulos de este hecho. También les recordó las palabras que Jesús había dicho antes de su muerte, en las que les había prometido que resucitaría al tercer día. Las mujeres, llenas de asombro y alegría, corrieron a contar la noticia a los discípulos, convirtiéndose así en las primeras mensajeras de la resurrección de Jesús. Este hecho es considerado uno de los pilares fundamentales de la fe cristiana y ha sido celebrado por siglos en todo el mundo.