Los milagros de Santa Rosa de Lima, son los milagros mas populares del mundo, dado que Santa Rosa, es una de las más importantes figuras de la devoción católica en el continente. Fue reconocida con una devota de gran dedicación a la fe secularmente.
- Entre sus más reconocidas características destacan su gran dedicación en vida a su familia, su gran devoción y su activa participación en el movimiento seglar de los dominicos, dejando como ejemplo que, dentro de la vida no eclesiástica, también pueden hacerse grandes prodigios de dedicación y fe a Dios.
Santa Rosa de Lima
Entre las virtudes de Santa Rosa de Lima se pueden destacar su devoción, fe y castidad, las cuales le permitieron alcanzar una comunión inigualable entre sus iguales. Esta mujer es un claro ejemplo de lo que la fe y el amor promovido por la cristiandad pueden hacer por el mundo, por ello tiene muchos milagros de Santa Rosa de Lima, reconocidos por la iglesia:
- Protección de la ciudad de Lima del corsario holandés Joris Spitberg
- Lluvia de flores perfumadas frente al Papa Clemente IX
- Curaba a los enfermos con la imagen del Niño Jesús
- La aparición al pueblo filipino y su protección durante la II Guerra Mundial
- Conversar con los animales
- El matrimonio místico con Jesús
Su hogar, es el principal punto de peregrinación de todo el Perú y su arraigo popular puede compararse con el de la Virgen de Guadalupe, la cual es patrona de México.
Historia de Santa Rosa
Isabel Flores de Oliva, conocida como Santa Rosa de Lima posteriormente, según la Biografía de Santa Rosa de Lima, nacio el 20 de Abril de 1586, en la ciudad de Lima, en lo que sería el virreinato del Perú en aquél entonces. Sus padres fueron María de Oliva y Gaspar Flores.
- Cuenta la historia que esta mujer fue, desde muy niña, una persona sumamente devota, inclinada a la meditación y oración para encontrar la comunión perfecta con Dios. Era una muchacha sumamente hermosa, razón por la cual era conocida popularmente como “Rosa”.
- La joven agregaba, según cuenta la historia, el mote de “de Santa María” a su apodo, razón por la cual el arzobispo de Lima le colocó el nombre por el cual hoy es reconocida en gran parte del mundo.
- Se dice que durante una visita a la iglesia, donde oraba delante de la figura de la virgen maría, sintió el llamado de dios, pues pensó que el niño Jesús le pedía que le consagrara a él todo su amor. Desde entonces, la pequeña dedicó su vida a adorar al señor.
- En determinado momento de su vida, Santa Rosa de Lima tuvo un dilema moral. Poseía las cualidades para internarse y dedicarse a la fe contemplativa dentro de un convento, sin embargo su familia necesitaba de ella y ella misma sentía que su llamado de fe era dentro del seno familiar.
- Por tanto, decidió ingresar como terciara de la Orden de Santo Domingo, una figura en la que las mujeres, en su condición laica, podían llevar una vida religiosa desde el hogar. Santa Rosa de Lima se ataviaba con túnica blanca y manto negro; vestimentas características de las terciarias dominicanas.
De las razones por las cuales Santa Rosa de Lima destacó entre sus pares, sus esfuerzos por llevar una vida similar a la que llevó Santa Catalina de Siena, una de las más conocidas terciarias dominicanas que existen, fue de las más destacables.
- Posteriormente, construyó una cabaña dentro de las tierras de su casa, donde se dedicó a la vida religiosa estudiando el evangelio, oraba y entraba en comunión armoniosa con el creador. Se dice que, producto de su belleza, para evitar la tentación en los hombres, Santa Rosa de Lima se cortó el cabello y cubrió su rostro.
- Asimismo, Santa Rosa afirmaba a través de sus escritos, que la mortificación era prioritaria para saciarse, orientarse y renovarse en el espíritu de Dios. Muestra de sus afirmaciones fueron las sacrificadas penitencias y mortificaciones a las que se sometió durante toda su vida.
- Eran conocidos su ayuno y su abstinencia perenne a las carnes, a las bebidas refrescantes y su constante lucha por dejar atrás su abstinencia, recordando la pasión de cristo y lo que este sufrió para seguir adelante con sus penitencias.
Cuando cumplió la mitad de la veintena, su familia sufrió un descalabro económico que la sumió en la más grave pobreza, ya que su padre no tuvo éxito en la mina donde ejercía labores. Esto llevó a Santa Rosa a sembrar y cultivar un huerto en la cabaña donde vivía, además de dedicarse a la costura para así ayudar a su familia.
Durante los años posteriores (pues murió a muy corta edad), se dedicó a la oración mística, con la cual enfocaba su mente en los cielos y, junto a sus grandes penitencias y abstenciones terrenales, conmovió a muchos más fieles y causó mayores conversiones.
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