¿Obispo, arzobispo o cardenal?

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El Catecismo de la Iglesia Católica enseña: “El Orden Sagrado es el sacramento a través del cual continúa la misión encomendada por Cristo a sus apóstoles… hasta el fin de los tiempos… es el sacramento del ministerio apostólico [e] incluye tres grados: episcopado, presbiterado, y diaconado” (No. 1536).

El obispo disfruta de la plenitud del sacerdocio de Cristo. Su tarea es tomar el lugar de Jesús “de manera eminente y visible… [como] maestro, pastor y sacerdote, y actuar como su representante” (No. 1558). El ministerio especial de un obispo es cuidar de la comunidad de la Iglesia particular (geográfica) que le ha confiado el Papa.

El adjetivo “arco” significa el ejemplo más representativo de algo, por lo que un arzobispo es el grado más alto de obispo en la administración de la Iglesia. Un comentario sobre el Código de Derecho Canónico de la Iglesia (ver Canon 435) establece que un arzobispo “dentro de su propia diócesis… tiene solo los poderes usuales de un obispo diocesano [pero], además, ejerce ciertos otros poderes sobre las diócesis vecinas que con su propia forma una provincia eclesiástica.”

Los cardenales son aquellos obispos cuyas capacidades el Papa ha reconocido con un título especial, y la responsabilidad de servir como sus asesores y consejeros. La tarea principal de un cardenal es elegir al nuevo pontífice cuando el cargo quede vacante.