Laetare Domingo

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Es opcional, pero siempre me ha gustado, cuando los ministros sagrados de la Iglesia se visten de “rosa” el domingo de Laetare, el cuarto domingo de Cuaresma del catolicismo romano.

El tema del día proviene de la antífona de entrada que reflexiona sobre Isaías 66, 10-11: “Alégrate, Jerusalén, y todos los que la aman. Alégrense todos los que estaban de luto; exaltad y quedaos satisfechos de su consolador pecho.”

Laetare es la primera palabra, que significa «regocijarse», en el texto latino. En el Domingo de Laetare (al igual que el Tercer Domingo de Adviento, el Domingo de Gaudete) la Iglesia expresa esperanza y alegría en medio de nuestros ayunos y penitencias de Cuaresma. Llámalo rosa, o, más apropiadamente, rosa, este cambio de color indica un atisbo de la alegría que nos espera en la Pascua, justo antes de entrar en los días sombríos de Passiontide.

La alegría de la Pascua a la vuelta de la esquina se simboliza en algunas otras interesantes posibilidades litúrgicas. Durante la Cuaresma, la Instrucción General del Misal Romano prohíbe que las flores adornen el altar. Pero el domingo de Laetare (así como las solemnidades y fiestas dentro de la temporada), ¡hay una suspensión temporal de estas observaciones penitenciales! Recuerdo bien adornar el altar con rosas rosadas ese día cuando yo era director de liturgia parroquial.

Hubo un tiempo en que los matrimonios generalmente estaban prohibidos durante la Cuaresma, pero el domingo de Laetare a menudo se asociaba como un día en que los matrimonios podían celebrarse durante la temporada penitencial. Si bien los matrimonios ahora solo están prohibidos el Viernes Santo y el Sábado Santo, el domingo de Laetare sigue siendo un día apropiado para aquellos que desean casarse antes de la Pascua.

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El domingo de Laetare es la forma en que la Iglesia nos da un “tiro en el brazo” a medida que nos acercamos a la oscuridad y el horror de los días hasta el Viernes Santo y el Sábado Santo. Es una oportunidad para saborear y recordar lo que nos espera el Domingo de Pascua: ¡la realidad de que Jesucristo resucitó de entre los muertos y que nuestros corazones siempre estarán llenos de alegría!

Ser conscientes de las tradiciones y costumbres nos ayuda a celebrar la belleza de nuestra fe. Como puede ver, hay mucho asociado incluso con un día anodino como el Cuarto Domingo de Cuaresma, sin mencionar el resto de la temporada, o los 50 días de Pascua y más allá. Aprovecha la riqueza de nuestras tradiciones católicas.