Los católicos de cierta edad recordarán haber aprendido que la Misa es “el sacrificio incruento de la Cruz”. Si bien es concisa y precisa, esta definición puede requerir una explicación adicional. En tal caso, podemos acudir al Catecismo de la Iglesia Católica, que enseña: “La Eucaristía es el memorial de la Pascua de Cristo… no meramente el recuerdo de eventos pasados… En la celebración litúrgica de estos eventos, se convierten en un cierto modo presente y real» (nn. 1362-63).
“Recuerdo” y “recuerdo” son palabras débiles en nuestro vocabulario moderno, porque los recuerdos son lo que aguantamos cuando la “cosa real” no está a la mano. Pero esto es totalmente el significado opuesto de estas palabras en la Escritura y la liturgia. Allí, la memoria y el recuerdo tienen un poder inmenso. En la primera Pascua, Dios le dijo a Moisés: “Este día será un día de memoria para ti” (Ex 12:14). Sigue siendo así para los descendientes de Moisés hoy, y cuando se reúnen para la cena de Pascua, reviven el terror de un pueblo que huye, y el alivio de una nación salvada. Asimismo, cuando nos reunimos para la Misa, las palabras de Jesús: “Haced esto en memoria mía”, abren una ventana a la eternidad y nos permiten estar al pie de la cruz.
Padre Jorge Salmonetti es un sacerdote católico dedicado a servir a la comunidad y guiar a los fieles en su camino espiritual. Nacido con una profunda devoción a la fe católica, el Padre Jorge ha pasado décadas estudiando y compartiendo las enseñanzas de la Iglesia. Con una pasión por la teología y la espiritualidad, ha inspirado a numerosos feligreses a vivir una vida de amor, compasión y servicio.